Un problema tan antiguo como la propia humanidad
El hambre mundial es un problema catastrófico que enfrenta millones de personas, y está en aumento. A nivel mundial, alrededor de 690 millones de personas se acuestan con hambre cada noche, y se espera que esta cifra aumente a 840 millones de personas para 2030.
El hambre, una cuestión compleja impulsada por factores sociales, políticos, demográficos y sociales, está estrechamente vinculada con la pobreza. Las personas que viven en la pobreza a menudo han reducido su acceso al agua potable, el saneamiento, los servicios de salud y la educación, todos los cuales contribuyen al hambre.
El cambio climático desempeña un papel importante en el hambre mundial. Los eventos extremos relacionados con el clima asociados con el calentamiento de nuestro planeta afectan la disponibilidad de alimentos para millones de personas a nivel mundial. El cambio climático también aumenta el conflicto violento en muchos niveles, que es un factor importante de crisis alimentaria: el hambre se vuelve mucho más grave cuando se prolongan los conflictos.
Sin embargo, a pesar del alcance del hambre, hay más que suficiente comida producida en el mundo para alimentar a todos en el planeta, pero hay que superar muchos desafíos para asignar mejor los recursos alimentarios.
La desperdiciación de los cultivos alimentarios es un tema importante: según un estudio sobre la pérdida de alimentos agrícolas de la Universidad de Santa Clara, más de un tercio de los productos comestibles quedan sin cosecha y por lo tanto se desperdicia. ReFED, un grupo de organizaciones sin fines de lucro, empresas y agencias gubernamentales que trabajan para combatir los residuos de alimentos, estima que en Estados Unidos, el 21% del agua, el 18% de los cultivos y el 19% de los fertilizantes en Estados Unidos se utilizan para alimentos que nunca se comen. Dado que el cultivo de alimentos requiere recursos importantes, los desechos alimentarios contribuyen al cambio climático mediante el uso no necesario de combustibles fósiles para producir esos recursos.
Muchas fuerzas diferentes impulsan la pérdida de alimentos a nivel agrícola. La estabilidad de cultivos (definida como cuánto tiempo puede permanecer un cultivo sin daños antes de estropear), el tiempo, las plagas, la enfermedad, la disponibilidad laboral, y varios factores de mercado desempeñan un papel. Un control más preciso de estos factores puede reducir los desechos.
Soluciones IoT basadas en LoRa/LoRaWAN
Hoy en día son muchas las empresas y start-up que se animan a poner solución a este gran problema.
El agua es la principal materia prima necesitada tanto en los cultivos como en la cría de ganado. Su uso responsable y sostenible se hace obligatorio. Y esto require poder medir y tomar decisiones o acciones.
Oizon es una start-up que ofrece soluciones de monitorización del riego, indicando el riesgo necesario. Esto mejora la eficacia y ayuda a ahorrar agua.
Sensoterra también ofrece una solución de bajo coste similar. Es posible conocer las condiciones de humedad en tiempo real.
Empresas como FarmLife utilizan sensores IoT conectados por LoRa para monitorizar la salud del ganado y prevenir posibles enfermedades.
Solución similar ofrece Digitanimal, especialistas en geolocalización y monitorización de los animales.
Lar.tech es una empresa con solución similar a Digitanimal pero utilizando LoRaWAN para la comunicación de los dispositivos.